Nuestros adversarios (los teólogos del papado tridentino)pretenden que cuando los cristianos de la Confesión de Augsburgo hablamos de FE SOLA nos estamos refiriendo a un mero conocimiento de la historia de Jesús y por este motivo deducen que esa fe puede coexistir con el pecado mortal. No dicen nada de la fe por medio de la cual la gente es justificada ,según afirma San Pablo. Los que son tenidos por justos delante de Dios no andan en pecado mortal. La fe que justifica no es un mero conocimiento de la historia. Es creer en la promesa de Dios en la que se ofrece por gracia, por causa de Cristo, el perdón de los pecados y la justificación.Y para que nadie insista en que la fe de la que hablamos es un mero conocimiento de la historia, volvemos a repetir que la fe de la que estamos hablando consiste en desear y aceptar la promesa del perdón de pecados y de justificación delante de Dios.
Podemos ver con facilidad la diferencia que existe entre esta fe y la justicia producida por guardar la Ley de Dios. La fe es una verdadera adoración que recibe las bendiciones y beneficios que Dios nos da. La justicia producida por la Ley es una adoración que ofrece a Dios nuestros méritos. Dios quiere ser adorado por medio de esa fe que recibe de El todo cuanto nos promete y ofrece.
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