domingo, 12 de septiembre de 2010

TOLERANCIA CON LOS MUSULMANES

Me resulta harto chocante la "unción" con que siempre, desde sectores ultracatólicos y sus supuestos antípodas los "progres" ,se ha considerado el islam.Desde las tropas moras del general Franco que contaban con sus capellanes islámicos y escrupuloso respeto a sus prácticas musulmanas ,mientras se negaba el pan y la sal a los escasos e insignificantes protestantes españoles,hasta la cesión de istalaciones militares a los susodichos musulmanes para que recen a Alá en la actualidad. Está claro que en la época visigótica y en los últimos cien años( ¿Tendrán estas épocas algo en común?)ha habido en los centros de poder de España una especie de quinta columna que ha visto con simpatía el islam y preferirían una España islámica antes que una España impregnada por la palabra de Dios,es decir una España "hereje",que prefieren una mezquita a una iglesia donde se crea confiese y enseñe la Confesión de Augsburgo, por ejemplo. En definitiva; que prefieren una España más cercana al Islam y a Africa que a la Reforma protestante y a Europa.Los medios de comunicación de uno y otro signo pretenden disimular estas evidencias históricas, pero no pueden,es demasiado patente.

EL PASTOR JONES, LA CONFUSIÓN Y LA HIPOCRESÍA

Estos días se ha estado hablando, hasta el agotamiento, sobre las intenciones de quemar el Corán que un pastor bautista de Florida ha vociferado y amplificado. Excuso deciros, que semejante actitud me parece una solemne tontería. En el reino de la gracia, es decir la iglesia, la única arma legítima es la Palabra de Dios, todas las demás sobran. También es verdad que la construcción de una mezquita en el lugar de la tragedia del 11S, es un disparate. No es menos cierto que los estados deben proteger a sus súbditos o ciudadanos de los crímenes perpretados contra ellos por gente de cualquier religión. Profesar una religión minoritaria no es un delito, matar sí lo es. ¿Qué ocurre cuando los estados se dedican a predicar "buenas nuevas" (multiculturalidad, fraternidad universal etc. etc.) y las iglesias a utilizar otras armas aparte de la Palabra de Dios? Pues que surgen pastores Jones.
Resulta curioso que en España, dispuesta siempre a tirar la piedra, todavía existan bolsas de población para los que el pastor Jones resultaría un peligroso revolucionario masón y protestante. Estas "bolsas" no tienen la más remota idea de lo que es ser protestante,no saben lo que significa la Reforma (los departamentos de historia de los institutos no tienen el más mínimo interés de sacarles de dudas) no distinguen entre un bautista y un luterano, no saben ni quieren saber lo que significa una sana y productiva separación iglesia estado, tienen judeofobia sin haber visto nunca a un judío; si de ellos dependiera, negarían muchos derechos a españoles no católicos por muy patriotas que estos fueran ¿Puede un protestante, judío o musulmán español ser un genuino patriota? Se siguen preguntando. Pero el pastor Jones sí que es fanático.

domingo, 5 de septiembre de 2010

TOTALITARISMO

"El totalitarismo moderno se caracteriza por su pretensión de dominar las almas de los hombres. No fué así en los antigüos imperios. Los ciudadanos de esos imperios ciertamente tenían que someterse al culto estatal, pero al menos les permitían pensar los que les viniera en gana sobre dicho culto. Que a las almas se les pueda obligar a creer es algo que decubrió el romanismo en el pasado. Los imitadores seculares del sistema eclesial romanista han hecho uso de ese descubrimiento. Sin un papa infalible, Hitler no se hubiera atrevido a proclamarse infalible. El estado totalitario nació junto con la iglesia totalitaria el 18 de julio de 1870, cuando se proclamó el dogma de la infalibilidad pontifícea"
HERMANN SASSE
P.D. Lo que Sasse quiere decir es que si una persona puede proclamarse infalible, el camino está abierto para que cualaquier otra lo pueda hacer. Sasse, como luterano confesante, no tenía animadversión al catolicismo, antes bien, era amigo personal del cardenal Agustín Bea y siguió muy de cerca el Concilio Vaticano II alegrándose de algunos de sus resultados.La infalibilidad solamente reside en la Palabra de Dios; la criatura, sea quien sea, no puede arrogarse una prerrogativa divina.